Fuerza Cristina, Nestor vive en nosotros.
martes, 6 de septiembre de 2011
lunes, 15 de agosto de 2011
miércoles, 27 de abril de 2011
viernes, 25 de febrero de 2011
Carta a Néstor, nuestro hijo
Por Hebe de Bonafini
Presidenta de Madres de Plaza de Mayo.
El 25 de febrero cumplís 61 años y te das el lujo de festejarlo en otro planeta, ese que desde hace tres meses se llama “Vida”.
Desde este otro planeta llamado Tierra, te lo vamos a festejar de cien mil maneras diferentes: llenando páginas de diarios con tus discursos, con todos los recuerdos de tus enseñanzas, con las fotografías de todos los actos y el abrazo gigante de los militantes.
Las Madres, como toda madre, te decimos que allí donde estés también te cuides, que no tomes frío. Ya sé que dejaste de fumar, pero, por si acaso, no fumes.
Asado y chivito patagónico, poco, por el colesterol.
Queremos saber si te llegan bien las noticias vía Facebook y Twitter.
Por otra parte, querido, te informamos que Clarín ¡Ya fue!, aunque todavía jode.
La llamada oposición se esconde para llorar cuando lee las encuestas donde Cristina gana por el 60%.
A veces, los jueves, creemos verte bajar lentamente entre las nubes.
Qué grande sos, querido hijo. Qué suerte tenerte para siempre. Todavía sos un pibe, así que no nos jodas con la muerte. Esquivala, hacé zancadillas que seguro no te va a alcanzar. No sabemos en qué planeta te vamos a encontrar, pero te convocamos a la próxima Marcha de la Resistencia, que haremos en el comienzo de la eternidad. La consigna: “La lucha revolucionaria y la pasión no mueren nunca.”
Te besa
Mamá
Presidenta de Madres de Plaza de Mayo.
El 25 de febrero cumplís 61 años y te das el lujo de festejarlo en otro planeta, ese que desde hace tres meses se llama “Vida”.
Desde este otro planeta llamado Tierra, te lo vamos a festejar de cien mil maneras diferentes: llenando páginas de diarios con tus discursos, con todos los recuerdos de tus enseñanzas, con las fotografías de todos los actos y el abrazo gigante de los militantes.
Las Madres, como toda madre, te decimos que allí donde estés también te cuides, que no tomes frío. Ya sé que dejaste de fumar, pero, por si acaso, no fumes.
Asado y chivito patagónico, poco, por el colesterol.
Queremos saber si te llegan bien las noticias vía Facebook y Twitter.
Por otra parte, querido, te informamos que Clarín ¡Ya fue!, aunque todavía jode.
La llamada oposición se esconde para llorar cuando lee las encuestas donde Cristina gana por el 60%.
A veces, los jueves, creemos verte bajar lentamente entre las nubes.
Qué grande sos, querido hijo. Qué suerte tenerte para siempre. Todavía sos un pibe, así que no nos jodas con la muerte. Esquivala, hacé zancadillas que seguro no te va a alcanzar. No sabemos en qué planeta te vamos a encontrar, pero te convocamos a la próxima Marcha de la Resistencia, que haremos en el comienzo de la eternidad. La consigna: “La lucha revolucionaria y la pasión no mueren nunca.”
Te besa
Mamá
viernes, 28 de enero de 2011
domingo, 12 de diciembre de 2010
Lo perverso en Macri
Por Sandra Russo
La imagen de Soldati en el atardecer del jueves, cuando la Metropolitana se retiró por completo y dejó solos a esos vecinos y a esos ocupantes cuyo celo recíproco fogonearon el jefe de Gobierno porteño y sus funcionarios todo el día, trajo velozmente a la memoria el recuerdo de los saqueos del ’89 y los del 2001. En los dos casos, los acontecimientos desempozaron el perfil facho de esas clases medias que cuelgan de un alambre o a las que un alambrado separa de la exclusión.
Vuelvo a 1989: preanunciando la caída de Alfonsín, en el conurbano y en Rosario, turbas autóctonas sin nada avanzaban sobre supermercados y desbordaban a la policía, que era reclamada a los gritos por los vecinos de los barrios pobres, pero de cemento: hay una foto de una terraza muy precaria con su propietario encaramado en ella con una escopeta. Gritaba que se defendería “de los negros”. El Estado se retiraba y dejaba que el descontrol marcara el fin de un gobierno.
Esta vez fue distinto: fue el propio gobierno porteño el que convocó a esa escena. Lo hizo agitando antes de Navidad el tema de las escrituras para los pobladores “originales” de las villas (en Noticias Urbanas del 6 de diciembre se publican los dichos al respecto de Horacio Rodríguez Larreta y un debate con Aníbal Ibarra); lo hizo el martes, permitiendo que la Policía Metropolitana, a cargo de la custodia del predio, dejara entrar al grupo de punteros que precedió a la entrada masiva de ocupantes; lo hizo proporcionando un relato, a cargo de Mauricio Macri, según el cual la Policía Federal, al retirarse de una escena que ya tenía dos muertos y varios heridos, “dejaba solos a los vecinos”, y que la culpa de todo la tienen los bolivianos y peruanos y paraguayos que no paran de llegar porque el gobierno nacional no pone ninguna traba. Como simple espectador de noticieros tendenciosos y de discurso racista (“estos vecinos aclaran que ellos no son piqueteros, que están cortando la ruta por necesidad”, repetía un cronista que no obstante momentos después era acorralado por vecinos armados con machetes y armas de fuego. Esa crónica supone que la necesidad está del lado de la preservación del cemento y no, también, de la intemperie de los otros), uno advierte que hay un flanco que ningún informativo cubría: quiénes convocaron, quiénes lotearon, quiénes cobraron inscripciones en falsas listas de lotes, quiénes fueron los punteros que operaron desde varios días antes del conflicto.
Conocemos bien el acento popular del enano fascista, siempre buscado, siempre masajeado por militares o civiles en busca de la pata electoral. Siempre los que están en la orilla de un sistema, resistiendo la caída o con su identidad puesta en el cemento del que están hechas sus casas, contra los que ya cayeron o nunca tuvieron nada. En ese frote se pesca el caos. Los desgraciados sucesos de Soldati fueron el lanzamiento de la campaña de Macri. Es en esto en lo que cree. En el impacto de la sangre como eje de la polarización política de la que sus asesores insisten que saldrá airoso.
Esas banderas argentinas que sacaron algunos vecinos de Soldati a la luz de las cámaras de la televisión y al grito de “fuera los extranjeros” reflotan la Argentina que da vergüenza. La que cae y cae y cae en la trampa. Esos vecinos creen que sus problemas se deben a la inmigración latinoamericana, y no a un gobierno tilingo que conduce un hombre que estuvo a punto de morirse ahogado con el bigote del disfraz de Freddy Mercury, y que miente a lo largo y lo ancho de sus días.
Macri no inventó la pólvora plantando un escenario en el que los pobres se coman a los pobres. Es el eterno juego de-sestabilizador de la derecha, el juego sucio de la derecha, su hilacha más perversa: un amague de verdadero populismo de derecha, tóxico y torpe, ahora macrista.
Al tipo que le soplan al oído lo que les tiene que decir a los periodistas no le interesan muchas cosas de su gobierno. No las sabe, no las entiende, no las maneja. Lo único que lo tiene entretenido, su Play-Station personal y continua, es su carrera presidencial. No tiene ningún proyecto político: su carrera presidencial también es un desafío personal, de ésos de los libros de autoayuda que lee: “Cómo ser el hijo de un rico que no te valora y demostrarle que tú puedes alcanzar lo que te propongas, ¡incluso la presidencia de la nación!”.
Habrá que desenmarañar esta puesta en escena que cobró vidas inútilmente, una vez más, porque aunque algunos vecinos de Soldati lo sostengan, no son los bolivianos ni los peruanos los culpables del fracaso de este país, puesto que no es el país el que fracasa, aunque por la noche Nelson Castro elija el zócalo “¿Se faveliza la Argentina?”. Buenos Aires no es la Argentina. Buenos Aires es un territorio mucho más injusto que la Argentina.
Esa bandera que levantaron contra los ocupantes fue sinónimo de exclusión y de retroceso, es la misma del Mundial ’78, ya ardió, ya fue pisoteada, ya no es apta ni para el amor ni para el orgullo.
Cualquier gobierno que quiera evitar la represión de la protesta social tiene que tener políticas sociales. No se puede escapar de esa lógica y por lo que tiene que responder Macri es por la ausencia de políticas sociales. Sólo se puede sostener la no criminalización de la protesta social desde las políticas sociales, buenas, malas, suficientes o insuficientes, pero tendidas como recurso de negociación. En los sucesos de Soldati hubo vecinos de un lado, del otro, y policías, que estuvieron o no estuvieron. Pero el gobierno porteño no estuvo, salvo para pedir que el problema se lo resolvieran otros. No hubo funcionarios del gobierno macrista en la escena, no hubo negociadores, no hubo política ni Estado. Ni se les ocurre que es eso lo que deben hacer. ¿De qué irían a hablar? ¿Por qué ese territorio abierto al que le llaman “parque” no tiene canchas deportivas, sala de primeros auxilios, talleres recreativos para niños, jóvenes y adultos? No lo hay ni lo habrá porque a Macri le importa sólo lo que le sirve a él, no lo que les importa a los demás. Es un estilo de vida y de gobierno. Ha dado infinitas pruebas de ello.
Sí hubo un uso revulsivo de la política que ellos mismos, que se presentan como una novedad en la materia, dicen detestar o combatir. Hubo un tablero de ajedrez político, hubo especulación política, clientelismo y violencia. Así son los chicos y las chicas pro que tiran los papeles de los chicles en los cestos. Y hubo sobre todo un reflotar de la cloaca argentina, esa que es fascista en el más estricto de los términos, nacionalista en falso y segregadora experta. De eso no brota nada feliz. Nunca sucedió, y eso que es una escena que se replica en la historia mundial y cuya estructura es muy parecida a la Noche de los Cristales Rotos de Hitler: hacé sufrir a mucha gente, y hacé que la gente que sufre tenga un enemigo: hacelos odiar y goberná aplastando a su enemigo. De esta escena de odio de pobres contra pobres mil veces ha brotado la sangre.
Desde la derecha de Macri, esa violencia es estimulante porque cambia escenarios y vuelve vulnerables a muchos. También porque todos los pobres les parecen sacrificables: puede haber violencia porque en ese modelo no importa que mueran ni vecinos pobres ni inmigrantes pobres ni policías. Ese modelo siembra pobreza y exclusión como herramientas de manipulación política. No son solamente efectos colaterales de su neoliberalismo económico. Son la masa temerosa de los otros que le puede dar sustento, vaciada de información y acorralada por el autoritarismo de su vida cotidiana.
Si para algo sirven la educación, la política, la militancia, la información, la historia y la alegría, es para percibir que hay caminos que un pueblo clausura si tiene memoria. En la ciudad de Buenos Aires las escuelas públicas se caen a pedazos como un eje y un símbolo del torpe gobierno de Macri. Los pobres le convienen así. Abandonados, confundidos y rabiosos, mirándose con odio entre sí. Macri escupe contra el viento.
La imagen de Soldati en el atardecer del jueves, cuando la Metropolitana se retiró por completo y dejó solos a esos vecinos y a esos ocupantes cuyo celo recíproco fogonearon el jefe de Gobierno porteño y sus funcionarios todo el día, trajo velozmente a la memoria el recuerdo de los saqueos del ’89 y los del 2001. En los dos casos, los acontecimientos desempozaron el perfil facho de esas clases medias que cuelgan de un alambre o a las que un alambrado separa de la exclusión.
Vuelvo a 1989: preanunciando la caída de Alfonsín, en el conurbano y en Rosario, turbas autóctonas sin nada avanzaban sobre supermercados y desbordaban a la policía, que era reclamada a los gritos por los vecinos de los barrios pobres, pero de cemento: hay una foto de una terraza muy precaria con su propietario encaramado en ella con una escopeta. Gritaba que se defendería “de los negros”. El Estado se retiraba y dejaba que el descontrol marcara el fin de un gobierno.
Esta vez fue distinto: fue el propio gobierno porteño el que convocó a esa escena. Lo hizo agitando antes de Navidad el tema de las escrituras para los pobladores “originales” de las villas (en Noticias Urbanas del 6 de diciembre se publican los dichos al respecto de Horacio Rodríguez Larreta y un debate con Aníbal Ibarra); lo hizo el martes, permitiendo que la Policía Metropolitana, a cargo de la custodia del predio, dejara entrar al grupo de punteros que precedió a la entrada masiva de ocupantes; lo hizo proporcionando un relato, a cargo de Mauricio Macri, según el cual la Policía Federal, al retirarse de una escena que ya tenía dos muertos y varios heridos, “dejaba solos a los vecinos”, y que la culpa de todo la tienen los bolivianos y peruanos y paraguayos que no paran de llegar porque el gobierno nacional no pone ninguna traba. Como simple espectador de noticieros tendenciosos y de discurso racista (“estos vecinos aclaran que ellos no son piqueteros, que están cortando la ruta por necesidad”, repetía un cronista que no obstante momentos después era acorralado por vecinos armados con machetes y armas de fuego. Esa crónica supone que la necesidad está del lado de la preservación del cemento y no, también, de la intemperie de los otros), uno advierte que hay un flanco que ningún informativo cubría: quiénes convocaron, quiénes lotearon, quiénes cobraron inscripciones en falsas listas de lotes, quiénes fueron los punteros que operaron desde varios días antes del conflicto.
Conocemos bien el acento popular del enano fascista, siempre buscado, siempre masajeado por militares o civiles en busca de la pata electoral. Siempre los que están en la orilla de un sistema, resistiendo la caída o con su identidad puesta en el cemento del que están hechas sus casas, contra los que ya cayeron o nunca tuvieron nada. En ese frote se pesca el caos. Los desgraciados sucesos de Soldati fueron el lanzamiento de la campaña de Macri. Es en esto en lo que cree. En el impacto de la sangre como eje de la polarización política de la que sus asesores insisten que saldrá airoso.
Esas banderas argentinas que sacaron algunos vecinos de Soldati a la luz de las cámaras de la televisión y al grito de “fuera los extranjeros” reflotan la Argentina que da vergüenza. La que cae y cae y cae en la trampa. Esos vecinos creen que sus problemas se deben a la inmigración latinoamericana, y no a un gobierno tilingo que conduce un hombre que estuvo a punto de morirse ahogado con el bigote del disfraz de Freddy Mercury, y que miente a lo largo y lo ancho de sus días.
Macri no inventó la pólvora plantando un escenario en el que los pobres se coman a los pobres. Es el eterno juego de-sestabilizador de la derecha, el juego sucio de la derecha, su hilacha más perversa: un amague de verdadero populismo de derecha, tóxico y torpe, ahora macrista.
Al tipo que le soplan al oído lo que les tiene que decir a los periodistas no le interesan muchas cosas de su gobierno. No las sabe, no las entiende, no las maneja. Lo único que lo tiene entretenido, su Play-Station personal y continua, es su carrera presidencial. No tiene ningún proyecto político: su carrera presidencial también es un desafío personal, de ésos de los libros de autoayuda que lee: “Cómo ser el hijo de un rico que no te valora y demostrarle que tú puedes alcanzar lo que te propongas, ¡incluso la presidencia de la nación!”.
Habrá que desenmarañar esta puesta en escena que cobró vidas inútilmente, una vez más, porque aunque algunos vecinos de Soldati lo sostengan, no son los bolivianos ni los peruanos los culpables del fracaso de este país, puesto que no es el país el que fracasa, aunque por la noche Nelson Castro elija el zócalo “¿Se faveliza la Argentina?”. Buenos Aires no es la Argentina. Buenos Aires es un territorio mucho más injusto que la Argentina.
Esa bandera que levantaron contra los ocupantes fue sinónimo de exclusión y de retroceso, es la misma del Mundial ’78, ya ardió, ya fue pisoteada, ya no es apta ni para el amor ni para el orgullo.
Cualquier gobierno que quiera evitar la represión de la protesta social tiene que tener políticas sociales. No se puede escapar de esa lógica y por lo que tiene que responder Macri es por la ausencia de políticas sociales. Sólo se puede sostener la no criminalización de la protesta social desde las políticas sociales, buenas, malas, suficientes o insuficientes, pero tendidas como recurso de negociación. En los sucesos de Soldati hubo vecinos de un lado, del otro, y policías, que estuvieron o no estuvieron. Pero el gobierno porteño no estuvo, salvo para pedir que el problema se lo resolvieran otros. No hubo funcionarios del gobierno macrista en la escena, no hubo negociadores, no hubo política ni Estado. Ni se les ocurre que es eso lo que deben hacer. ¿De qué irían a hablar? ¿Por qué ese territorio abierto al que le llaman “parque” no tiene canchas deportivas, sala de primeros auxilios, talleres recreativos para niños, jóvenes y adultos? No lo hay ni lo habrá porque a Macri le importa sólo lo que le sirve a él, no lo que les importa a los demás. Es un estilo de vida y de gobierno. Ha dado infinitas pruebas de ello.
Sí hubo un uso revulsivo de la política que ellos mismos, que se presentan como una novedad en la materia, dicen detestar o combatir. Hubo un tablero de ajedrez político, hubo especulación política, clientelismo y violencia. Así son los chicos y las chicas pro que tiran los papeles de los chicles en los cestos. Y hubo sobre todo un reflotar de la cloaca argentina, esa que es fascista en el más estricto de los términos, nacionalista en falso y segregadora experta. De eso no brota nada feliz. Nunca sucedió, y eso que es una escena que se replica en la historia mundial y cuya estructura es muy parecida a la Noche de los Cristales Rotos de Hitler: hacé sufrir a mucha gente, y hacé que la gente que sufre tenga un enemigo: hacelos odiar y goberná aplastando a su enemigo. De esta escena de odio de pobres contra pobres mil veces ha brotado la sangre.
Desde la derecha de Macri, esa violencia es estimulante porque cambia escenarios y vuelve vulnerables a muchos. También porque todos los pobres les parecen sacrificables: puede haber violencia porque en ese modelo no importa que mueran ni vecinos pobres ni inmigrantes pobres ni policías. Ese modelo siembra pobreza y exclusión como herramientas de manipulación política. No son solamente efectos colaterales de su neoliberalismo económico. Son la masa temerosa de los otros que le puede dar sustento, vaciada de información y acorralada por el autoritarismo de su vida cotidiana.
Si para algo sirven la educación, la política, la militancia, la información, la historia y la alegría, es para percibir que hay caminos que un pueblo clausura si tiene memoria. En la ciudad de Buenos Aires las escuelas públicas se caen a pedazos como un eje y un símbolo del torpe gobierno de Macri. Los pobres le convienen así. Abandonados, confundidos y rabiosos, mirándose con odio entre sí. Macri escupe contra el viento.
jueves, 18 de noviembre de 2010
martes, 16 de noviembre de 2010
LA ASAMBLEA DE LA ONU HIZO UNA SESION DE HOMENAJE A KIRCHNER
“Trascendía las ideologías”
Las Naciones Unidas sesionaron ayer durante 44 minutos exclusivamente para recordar al ex presidente. El secretario general del organismo destacó su labor al frente de la Unasur y su impulso a la Convención contra las Desapariciones Forzadas.
Por Julián Bruschtein
“Su compromiso trascendía las ideologías y le granjeó el respeto y la admiración de los líderes de la región. La Unasur que deja es vista como un foro regional sólido para la paz y la democracia, y como un mecanismo efectivo para resolver disputas.” Así homenajeó el secretario general de la Organización de la Naciones Unidas, el surcoreano Ban Ki-moon, al ex presidente Néstor Kirchner en la sesión especial convocada por la Asamblea General para rendir homenaje al santacruceño. Las delegaciones internacionales colmaron el recinto y recordaron a Kirchner por su aporte a “los derechos humanos y su vocación multilateralista”, aseguró a Página/12 Jorge Argüello, representante argentino ante la ONU.
La ONU sesionó ayer durante 44 minutos exclusivamente para homenajear a Kirchner –fallecido el 27 de octubre pasado– cuando inició la asamblea con un minuto de silencio en su memoria. Ban Ki-moon fue el primero en rememorar al ex presidente cuando apuntó que “la Unasur que deja atrás es considerado un foro regional más fuerte para la paz y la democracia y un mecanismo efectivo para resolver disputas regionales” y recordó el discurso del santacruceño en la ONU en 2006, donde impulsó mientras era presidente “la adopción de la Convención Internacional para la Protección contra las Desapariciones Forzadas” a la que se adhirieron 87 países.
En la ONU no es usual que se rinda homenaje a los ex presidentes fallecidos habida cuenta de que son 192 los países representados en su seno. Pero la figura de Kirchner irrumpió con fuerza en la escena política internacional con gestos de dureza como cuando se enfrentó al Fondo Monetario Internacional pidiendo su reforma y siendo portavoz de los cambios que vivía América latina. “Fue un orgullo el tremendo reconocimiento hacia Néstor Kirchner que mostró la comunidad internacional en su conjunto. Todavía no tenemos dimensión de lo que implicó Kirchner en la política internacional”, aseguró Argüello desde Nueva York. El embajador argentino ante Naciones Unidas detalló además que “aún se siguen acercando algunas delegaciones para dejar sus palabras en el libro de condolencias” como el cuerpo diplomático de Emiratos Arabes Unidos.
En la asamblea organizada por la delegación ecuatoriana –que tienen la presidencia de Unasur– tomó la palabra en nombre del Movimiento de Países No Alineados el embajador de Egipto ante la ONU, Maged Abdel Aziz, quien afirmó que el ex presidente “guió los esfuerzos de Argentina para fortalecer el respeto total a los derechos humanos y las libertades fundamentales, así como garantizar un mejor nivel de vida para todo el pueblo dentro de una sociedad libre y democrática”. A pesar de las diferencias que los uruguayos mantuvieron con Kirchner por el conflicto fronterizo por el corte del puente entre Gualeguaychú y Fray Bentos, la intervención del oriental José Luis Cancela estuvo dirigida al papel que desempeñó Kirchner en el impulso de la integración regional en la última década. “A lo largo y ancho de América latina y el Caribe –a los que representaba Cancela en su discurso–, los diferentes procesos de integración que se interconectan coinciden en que, con su fallecimiento, América latina se ve privada de una figura destacada en la construcción de la región”, destacando que ése era “su legado”.
Los cinco grupos regionales en los que está distribuida la representación diplomática mundial presentaron su respeto y además expresaron sus condolencias a la presidenta Cristina Kirchner y al pueblo argentino. Como anfitriones los estadounidenses se sumaron al homenaje y recordaron que durante su mandato como presidente “Kirchner fue un defensor de los ciudadanos argentinos. Creía profundamente en la justicia y puso fin a la impunidad por los crímenes cometidos durante un período particularmente trágico en la historia argentina”, señaló Ronald Godard. Además destacó el compromiso con “la lucha contra el terrorismo internacional” y su papel de “socio activo en el combate del narcotráfico”.
Argüello cerró el homenaje recordando su relación personal y política con Kirchner y emulando “cuando dijo ‘somos hijos de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo”.
Las Naciones Unidas sesionaron ayer durante 44 minutos exclusivamente para recordar al ex presidente. El secretario general del organismo destacó su labor al frente de la Unasur y su impulso a la Convención contra las Desapariciones Forzadas.
Por Julián Bruschtein
“Su compromiso trascendía las ideologías y le granjeó el respeto y la admiración de los líderes de la región. La Unasur que deja es vista como un foro regional sólido para la paz y la democracia, y como un mecanismo efectivo para resolver disputas.” Así homenajeó el secretario general de la Organización de la Naciones Unidas, el surcoreano Ban Ki-moon, al ex presidente Néstor Kirchner en la sesión especial convocada por la Asamblea General para rendir homenaje al santacruceño. Las delegaciones internacionales colmaron el recinto y recordaron a Kirchner por su aporte a “los derechos humanos y su vocación multilateralista”, aseguró a Página/12 Jorge Argüello, representante argentino ante la ONU.
La ONU sesionó ayer durante 44 minutos exclusivamente para homenajear a Kirchner –fallecido el 27 de octubre pasado– cuando inició la asamblea con un minuto de silencio en su memoria. Ban Ki-moon fue el primero en rememorar al ex presidente cuando apuntó que “la Unasur que deja atrás es considerado un foro regional más fuerte para la paz y la democracia y un mecanismo efectivo para resolver disputas regionales” y recordó el discurso del santacruceño en la ONU en 2006, donde impulsó mientras era presidente “la adopción de la Convención Internacional para la Protección contra las Desapariciones Forzadas” a la que se adhirieron 87 países.
En la ONU no es usual que se rinda homenaje a los ex presidentes fallecidos habida cuenta de que son 192 los países representados en su seno. Pero la figura de Kirchner irrumpió con fuerza en la escena política internacional con gestos de dureza como cuando se enfrentó al Fondo Monetario Internacional pidiendo su reforma y siendo portavoz de los cambios que vivía América latina. “Fue un orgullo el tremendo reconocimiento hacia Néstor Kirchner que mostró la comunidad internacional en su conjunto. Todavía no tenemos dimensión de lo que implicó Kirchner en la política internacional”, aseguró Argüello desde Nueva York. El embajador argentino ante Naciones Unidas detalló además que “aún se siguen acercando algunas delegaciones para dejar sus palabras en el libro de condolencias” como el cuerpo diplomático de Emiratos Arabes Unidos.
En la asamblea organizada por la delegación ecuatoriana –que tienen la presidencia de Unasur– tomó la palabra en nombre del Movimiento de Países No Alineados el embajador de Egipto ante la ONU, Maged Abdel Aziz, quien afirmó que el ex presidente “guió los esfuerzos de Argentina para fortalecer el respeto total a los derechos humanos y las libertades fundamentales, así como garantizar un mejor nivel de vida para todo el pueblo dentro de una sociedad libre y democrática”. A pesar de las diferencias que los uruguayos mantuvieron con Kirchner por el conflicto fronterizo por el corte del puente entre Gualeguaychú y Fray Bentos, la intervención del oriental José Luis Cancela estuvo dirigida al papel que desempeñó Kirchner en el impulso de la integración regional en la última década. “A lo largo y ancho de América latina y el Caribe –a los que representaba Cancela en su discurso–, los diferentes procesos de integración que se interconectan coinciden en que, con su fallecimiento, América latina se ve privada de una figura destacada en la construcción de la región”, destacando que ése era “su legado”.
Los cinco grupos regionales en los que está distribuida la representación diplomática mundial presentaron su respeto y además expresaron sus condolencias a la presidenta Cristina Kirchner y al pueblo argentino. Como anfitriones los estadounidenses se sumaron al homenaje y recordaron que durante su mandato como presidente “Kirchner fue un defensor de los ciudadanos argentinos. Creía profundamente en la justicia y puso fin a la impunidad por los crímenes cometidos durante un período particularmente trágico en la historia argentina”, señaló Ronald Godard. Además destacó el compromiso con “la lucha contra el terrorismo internacional” y su papel de “socio activo en el combate del narcotráfico”.
Argüello cerró el homenaje recordando su relación personal y política con Kirchner y emulando “cuando dijo ‘somos hijos de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo”.
viernes, 12 de noviembre de 2010
sábado, 30 de octubre de 2010
Quisiera que me recuerden.
Quisiera que me recuerden
sin llorar ni lamentarme.
Quisiera que me recuerden
por haber hecho caminos,
por haber marcado un rumbo,
porque emocioné sus almas,
porque se sintieron queridos
protegidos y ayudados,
porque interpreté sus ansias,
porque canalicé su amor.
Quisiera que me recuerden
junto a la risa de los felices,
la seguridad de los justos,
el sufrimiento de los humildes.
Quisiera que me recuerden
con piedad por mis errores,
con comprensión por mis debilidades,
con cariño por mis virtudes.
Si no es así, prefiero el olvido
que será el más duro castigo,
por no cumplir mi deber de hombre.
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