Por MP
Se toma al pueblo por estúpido.
Se nos pide que creamos que un garca que aumentó su fortuna echando empleados y que está haciendo lo mismo en este momento, se volverá bueno de golpe y trabajará por el bien de los ciudadanos.
Se nos pide que creamos que un triple traidor se volverá leal con sus votantes y que hará como diputado todo lo que no hizo como funcionario, gobernador o diputado.
Que una mujer que es la sucursal ideológica del Cardenal Primado de la Argentina y que es vicejefa de una despiadada experiencia neoliberal, será la garantía de la diversidad, el bienestar y la tolerancia.
Que un niño rico que desgobierna la principal ciudad del país, a la que convirtió en una réplica a escala del país menemista de los noventa, no hará lo mismo con el país entero.
Que una desequilibrada que oye voces y basa su carrera política en denuncias amontonadas sin sustancia ni solución, será una presidenta óptima.
Que es lógico que los empresarios despidan gente “por las dudas”.
Que toda la resaca menemista-duhaldista puede ser la garantía del futuro.
Que un partido anquilosado y muerto, colaboracionista de todas las dictaduras, es el ejemplo de la democracia.
Que creamos que si los patrones agrarios se guardan sus riquezas sin contribuir con el Estado, todos seremos más felices.
Que estemos seguros de que el monopolio desinformativo más grande del país será el garante de la libertad de expresión.
Que el diario vocero de los estancieros y ladero de todas las dictaduras militares de la historia, es el faro de la democracia.
Que los opinadores rentados del estáblishment son observadores independientes.
Que un traidor enquistado en lo alto del poder, cuál topo, desde donde trabaja para derribar al gobierno que integra, es un patriota.
Que setenta mil gorilas de Barrio Norte y Recoleta son el pueblo.
Que insultar, ningunear, desdeñar y difamar es ético, dialoguista y pacífico.
Esperan que creamos que el país se hunde.
Que los planes van a fracasar.
Que el dengue nos va a matar a todos.
Que la inseguridad es absoluta.
Que hay que instaurar la pena de muerte.
Que los chorros nacieron chorros.
Que los pobres lo son por naturaleza o designio de Dios.
Que la democracia es lo que sale en las encuestas telefónicas.
Que la “opinión pública” porteña es el reflejo de todo el país.
Que los viejos golpistas de siempre son demócratas puros.
Que antes que el populismo distribucionista es preferible la dictadura del mercado.
Dos modelos de país se juegan en junio.
El modelo actual que puso al país nuevamente de pie después de la postración terminal de 2001 o el modelo menemista que volverá para terminar de destruirlo.Los campos están bien delimitados, las cartas a la vista.Será el pueblo quien decida.
Son ellos o nosotros.
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