sábado, 23 de mayo de 2009

Aguante Rossi

Por MP
El escrache al diputado Rossi tiene mucho más de autorretrato del sector agresor que de acción meramente política.
Habla de la incapacidad de la dirigencia patronal agraria de convertir en victoria permanente la efímera victoria de julio de 2008. Esto no sorprende. Los tediosos tiempos de la articulación política democrática y todos sus entreveros legales no forman parte de las costumbres del sector, habituado a las medidas de solución expeditiva que solían aplicar los generales de turno a la hora de protejer sus intereses y rentas.
De este modo, la Mesa de Enlace fue incapaz de instrumentar el armado institucional que la oposición le había servido en bandeja, al conformar un interbloque agrario exclusivamente dedicado a atender sus reclamos. Tal es la desconfianza de los capangas agrogarcas hacia la política como instrumento que dejaron pasar la posibilidad de infestar las listas de la oposición con cuadros del sector, algo que fue en su momento, resaltado críticamente por la propia Elisa carrió.
Hoy, la impotencia y la torpeza política de la oligarquía queda reducida (y expuesta a la vez) a su expresión más básica: grupos de choque al estilo Berlín 1933 que golpean y desaparecen. Terrorismo en dosis homeopáticas clásico del grupo extremista que no tiene apoyo armado importante (las Fuerzas Armadas). El nuevo escrache a Rossi es parte de esta expresión, que los medios amigos travisten en simple protesta de "autoconvocados". Lástima para La Nación y Clarín que en tiempos de la Triple A no se usaba esa palabra, sino...
Hoy día la cuestión "agraria", esto es, el reclamo patronal, no forma parte de ninguna agenda prioritaria. Curiosamente el único que se ocupa del "campo" es el Gobierno Nacional. Y los otrora "mediáticos" miembros de la Mesa de Enlace son apenas fantasmas. Alguno que otro procura titulares en los diarios haciendo declaraciones rocambolescas o insultantes al pedo. Pero nada más.
Apenas esto, un grupo de matones atacando a un hombre indefenso. Como en el barrio, vió. Uno siempre supo que el compadrito "en barra" en el fondo era un cagón.
Por eso digo que el escrache habla más de quienes lo perpetraron que de otra cosa.
El triste espejo de la realidad agrogarca.
MP

Publicado por MP en 5/23/2009 06:22:00 AM

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